¿QUÉ NOS PUEDE DECIR VIRGINIA WOOLF SOBRE EL DISCURSO DE PETRO?
- Gabi Castellanos

- 1 abr 2022
- 3 Min. de lectura
Actualizado: 8 ago
Según nos recuerdan economistas liberales progresistas como Cecilia López Montaño, el neoliberalismo enriqueció enormemente a mucha gente en Colombia: entre otros, a los empresarios de las EPS y de los fondos de pensiones, y al sector financiero; y eso sin contar la millonada que representa la corrupción, la expropiación a los desplazados, etc. Todo eso ya lo sabíamos. Pero ahora, esa gente ha entrado en pánico con la posibilidad de que Petro les quite el acceso a la plata fácil que se basa en agudizar el empobrecimiento de los más pobres. Petro, siendo Petro, no reacciona a esos aullidos de espanto hablando con mayor mesura, explicando las bondades de sus propuestas, aliándose con economistas moderados como lo hizo Boric en Chile.

Todo esto le comentó Cecilia Lopez a Carolina Sanín en Mesa Capital recientemente (la entrevista puede verse en YouTube). Al oírla recordé lo que me dijo una amiga, mujer inteligente, honesta y sensible, después del debate de Semana y El Tiempo entre Ingrid, Fico y Petro: “Petro nos va a expropiar las pensiones para repartir la plata en ese salario básico”. “Eso no fue lo que le escuché yo”, le respondí. “El salario básico y lo de las pensiones son dos cosas distintas” Pero ayer Cecilia dio un argumento mejor contra el miedo a la expropiación: Petro no puede usar la plata de las pensiones para otros fines porque sería peculado y lo meterían en la cárcel; además, el presidente no decide esas cosas sino el congreso.
¿Por qué nuestro amigo Gustavo Petro no sale a decir esas cosas? ¿Por qué persiste en su actitud arrogante, sin moverse de su sitio para explicar en términos sencillos que las acusaciones que le lanzan son absurdas? “Yo ya dije lo que hay que decir, y el que no me quiera entender, que se friegue”, parecen decir, a la vez, los bombazos que lanza, su postura corporal y su expresión facial. Pero si es capaz de hacer alianzas non sanctas porque sabe que tiene que ganar en la primera vuelta, ¿por qué no modera su discurso?
Resulta que hay mucha gente que no es billonaria y oyendo los aullidos de los “cacaos paniqueados”, se asusta sin razón. Entonces, ¿quién podrá gobernarnos? Fajardo se quemó porque demostró que no pudo resolver las peleas entre sus propios correligionarios; todo el mundo vio el bochornoso espectáculo que acabó con la “Alianza Verde”. Ingrid sabrá mucho de Francia, pero no está al tanto de casi nada de este país. Y Fico no tiene nada que proponer más que su discurso bonachón, las tácticas para esconder sus vínculos con Uribe, y la constante crítica a Petro.
Parece que esa falta de flexibilidad y de humildad en el discurso de Petro es pura cuestión de temperamento. Pensando en esto recordé lo que escribió Virginia Woolf en Una habitación propia comparando la prosa genial de Jane Austen con las protestas feministas de Carlota Brontë en sus novelas. Para alcanzar la excelencia en la literatura, decía Virginia, las escritoras tienen que superar el natural resentimiento que produce la injusticia generalizada contra las mujeres. Si aplicamos el principio detrás de esta idea al caso de Petro, podemos sugerir que para llegar a la presidencia de Colombia, los políticos progresistas tienen que morderse la lengua y vencer el natural resentimiento que produce la enorme injusticia social, económica y política de este país, escuchar todas las posiciones y tratar de ganarse a los indecisos, sin perder de vista que el objetivo es llegar al poder para acabar con esa injusticia.
Si Petro no lo hace, el resultado será simplemente mayor abstención. Y este 20 de junio podríamos despertarnos con el desastroso Fico de presidente de Colombia.



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